Desde el punto de vista
geomorfológico, en el borde ribereño de la pampa ondulada se presenta un suave
relieve de terrazas de escasa pendiente, vinculadas con el Riachuelo y el Río
de la Plata. Teniendo en cuenta las informaciones proporcionadas (Cappannini y
Mauriño en Vignola 1996), puede decirse que el Partido de Avellaneda se
extiende hacia el oeste sobre el escalón de la terraza alta (corresponde
a las zonas con cotas superiores de cinco metros sobre el nivel del mar) y
hacia el este y norte sobre las terrazas bajas (ubicadas en las zonas
ribereñas con alturas inferiores a cinco metros sobre el nivel del mar).
Para
conocer el origen de esas formas es necesario ubicarnos a más de 5.000 años
atrás, cuando el estuario que es hoy el
Río de la Plata y el curso inferior del Río Matanza eran un poco más amplios y
albergaban la Mar Querandinense, cuyas aguas saladas, agitadas por los
vientos locales (sudestada, pampero y viento norte) modelaron activamente las
costas que en aquel entonces eran acantiladas. Actualmente, encontramos
antiguas formas de aquel relieve de la línea de costa las “barrancas”,
que se observan a lo largo del frente fluvial del Río de la Plata.
Debido a los movimientos de ascenso del bloque de la corteza terrestre,
denominado por Groeber “Quilmeño” (limitado por las fallas del Matanza Norte y,
por el sur, por la falla que corre entre Hudson y La Plata), el mar inició su
proceso de regresión, dejando al descubierto amplias zonas de playas y el agua
dulce, de los actuales estuarios de los afluentes del Río de la Plata, ocupan
el estuario. Sobre estas playas del Río de la Plata, ocupan
el estuario. Sobre estas playas del querandinense emergidas, proliferaron
los moluscos, que por acción de las corrientes y del oleaje se fueron
acumulando y formaron cordones de arenas y conchillas sobre las playas,
construyendo los característicos albardones. En algunos sectores ribereños del
Matanza y del Plata aún pueden identificarse restos de esos depósitos.
Desde
el punto de vista geológico, encontramos en la terraza baja arcillas marinas
del querandinense y acumulaciones de conchillas y arenas depositadas
posteriormente. Los suelos de los llanos inundables (área deprimida de la
terraza baja, comprendida entre los albardones y el borde más bajo del escalón
costero) presentan problemas importantes de drenaje y, por ende, de
salinización. Los albardones, compuestos por materiales permeables, tiene
suelos más aireados con buena provisión de materia orgánica aluvional debido a
la acción permanente de las aguas fluviales que, simultáneamente, realizan un
continuo lavado de esos suelos manifestándose esa acción por la ausencia casi
absoluta de material calcáreo y por escasos porcentajes de sales solubles
presentes en las capas superiores.
Los
suelos desarrollados en el escalón costero, tiene como roca de origen limos con
superposición de conchillas.
Fuente: http://www.gobierno.gba.gov.ar/subsecretarias/dpout/images/maptem/areametrop/ambiental/relieve.jpg
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